sábado, 4 de enero de 2014

Soluciones diversas a problemas diversos


Una de las habilidades con que cuenta el psicólogo conductual es el pragmatismo, a veces los problemas son más aparentes que reales y cuando se les dice a los padres, profesores o encargados de la crianza de los niños, que cambiando alguna variante ambiental en donde el niño se mueve, puede cambiar la conducta se quedan sorprendido de que “el especialista que tienen al frente no sea muy técnico ni use palabras complicadas” . Hay problemas de rendimiento que se deben a problemas de visión, como por ejemplo los niños que están en el aula haciendo operaciones y hacen bien los procedimientos pero fallan en los resultados debido a problemas en la multiplicación –teniendo la tabla en clase pegadas a la pared- y es que………..…se les olvida llevar sus lentes o simplemente tienen poca visión, la cosa es tan recurrente que pareciera que tienen un problema de aprendizaje, intentar resolver este problema cambiándolo de ubicación puede ser una alternativa adecuada.

A veces los problemas de conducta de algunos niños en el recreo se debe a la ausencia de la maestra en el patio de juego, muchas conductas disruptivas en el patio o en el salón de clase disminuyen si se pone a una auxiliar de conducta en el patio a la hora de recreo, o se cambia de carpeta al alumno. Tuve en tratamiento a un niño de 9 años que fue traído al consultorio  por problemas de conducta en el recreo, el niño aparentaba en realidad ser físicamente un “pequeño matón”, serio, con el ceño fruncido y con tono de voz grave y parecía que él se daba cuenta de eso, basto con decirle que su voz parecía que intimidara a sus compañeros, para que el “entendiera”. Y es que su voz grave servía como reforzamiento negativo a los demás niños que casi casi huían de él cuando se acercaba al patio de juego, solo había tenido dos episodios de agresividad durante todo el año, lo que me pareció una exageración llevarlo a terapia, sin embargo acepte el tratamiento, basto con decirle que baje la voz cuando juegue con sus compañeros para que la maestra le anotase en el cuaderno que había jugado, de esta manera en casa era reforzado con horas de videojuegos., al cabo de una sola semana el niño volvió a jugar con sus compañeros sin  problemas,  y aunque su voz alta y grave aún se mantiene, sus amigos ya no se sienten intimidados por él, el reforzamiento continuo –las anotaciones y los premios en casa- mantuvieron el juego práctico cooperativo del niño.

Con los adolescentes poco funciona el llamarle la atención delante de otros de su misma edad, es más recomendable reprenderlos en privado y reforzarle en público. Cuando esto ocurría la conducta rebelde del adolescente no pasaba a mayores. Es conocido que entre adolescente se refuerzan el poner en “aprietos al profesor”, cuando este cae en el juego la conducta puede mantenerse, lo recomendable es no confrontarse con estos jóvenes y tener una conducta reconciliadora que sirva como tiempo fuera a la confrontación y al refuerzo de sus compañeros. En otra ocasión basto que los padres compraran todos los útiles al niño, para que este le tome más interés a sus estudios. Otra solución práctica seria llevarlo al oculista cuando los problemas de visión están interfiriendo con su aprendizaje, la observación del niño en clase es primordial para poder  identificar problemas de visión, por ejemplo que se levante mucho hacia la pizarra, mirar con ojos casi cerrados hacia la anotación de la maestra, en este caso los profesores son los primeros detectores de lo que podría ser un problema y cual no, ponerlo en una ubicación mas cerca podría ayudar hasta la visita al médico.

La atención es un estimulo reforzador poderoso para algunos niños con conductas disruptivas, cuando se le otorga atención positiva a las conductas adecuadas y se ignora las conductas problemas, algunos niños responden bien a la aplicación de esta técnica. EL Otorgarle responsabilidades también parece ser una práctica  que da resultados y que inicia conductas nuevas  que el niño no presentaba antes, con el debido reforzamiento atencional estas conductas pueden aumentar y el niño dejara de ser “el flojo de la casa”. Estas prácticas parecen ser no convencionales – y lo son – pero es bueno empezar a aplicarlas para resolver pequeños inconvenientes con los manejadores de contingencias, si se han aplicado y no hay resultados, puede merecer la realización de un programa conductual con las consideraciones de tiempo e implementación que se han referido en otros artículos.

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