sábado, 7 de septiembre de 2013

¡Bienvenido amor!

 
El tema del amor y la forma de expresarlo viene hacer una experiencia personal, no hay forma de decirle a alguien como, donde y a quien debe amar, pasa por ser un evento único, intransferible, es un cheque sin endose, un sálvese quien pueda, un baile a solas con el otro, las consecuencias sin embargo, sin son negativas, también pueden ser sufridas en solitario, el dolor ensimismado se engrandece por todo el cuerpo, no te mata, pero puede llevarte a no querer volver a amar, a amargarte la existencia y a desconfiar de quien se te acerque, la experiencia le dicen, pero la experiencia no te servirá de nada si siempre estas inmóvil sin hacer nada, la experiencia – y ese es uno de sus objetivos – es enseñarte para que aprendas, no para que no hagas nada. Si todo te sale bien, serás feliz con la persona que compartes tu vida, miraras el sufrimiento de los demás desde un balcón, y hasta con un suspiro de lástima hacia el sufriente. Lo más que podemos hacer es analizar el amor desde este sitio, sin ánimo de sentirse experimentado, en todo caso, como en la ciencia, la experiencia se gana haciendo.

Pues bien, diremos para empezar, que una persona psicológicamente estable es capaz de amar no solo una vez en su vida, sino varias. Cambiar de pareja y volverse a enamorar, no en un tiempo largo necesariamente. Sin hacerse muchos problemas, es capaz de pasar la página afectiva de esa parte de su vida, y volver a vivir la pagina que sigue con optimismo, y ver la llegada de un nuevo amor, sin culpa ni remordimiento.

Es capaz también de dejar a la persona que la ama, y decirle que  no la ama, sin más excusa que esa. De entregarse nuevamente con pasión a la nueva pareja, sin recordar a la anterior, no digo que se le debe borrar de la memoria, por que el ser humano – como decía Sartre – es su pasado y su memoria.  Pero recordar es una cosa, y sufrir por el recuerdo otra.

Cuando uno busca una pareja, la busca generalmente para que esa persona le haga sentir bien, que su compañía sea agradable, le de seguridad y apoyo en los momentos más difíciles que nunca faltan en la vida, que en sus debilidades la vuelva fuerte. Si alguien se empareja con alguien que le hace sufrir, “porque se ha enamorado” y no puede evitarlo, es más probable que no sea amor. Todo esto está bien y suena lógico, pero la persona psicológicamente estable también busca una persona a quien darle amor, a quien amar, esa entrega, cuando se mantiene a pesar del engaño y traición, puede ser dado a otra persona, en la entrega esta el equilibrio. El apego a alguien para toda la vida, entercándose en uno solo aunque este no la ame, tampoco es amor,  sufrirá, y su sufrimiento la llevara al desequilibrio y le reforzara el miedo a entablar otra relación.

La sociedad occidental ha adoptado como forma de amor, el amor romántico, sufriente y de entrega total para toda la vida, minando de esta forma, la capacidad de una persona de amar más de una vez, haciéndole sentir culpable de amar a mas de una persona- en diferentes tiempos claro -  la fidelidad aun después del divorcio o muerte del cónyuge se vive como respeto y consideración, si se decide guardar luto por un tiempo esta bien, pero aquellas que el duelo y luto lo llevan toda la vida, son personas que no se abren al amor, las que perdieron esperanzas, las que se cansaron de entregarse, pero esto solo ocurre en personas que no han sentido satisfacción en hacerlo, porque aquel que se siente bien cuando ama, tiene el potencial de volverlo hacer una, cien y mil veces, y no debe olvidarse de eso.

Si Ud. ha dejado pasar la oportunidad, si siempre espera que le den y no da amor, si tiene miedo de volver a sentir para evitar ser engañado, le diré que no espere nada, para que no sea decepcionado,  el amar es reforzante por si solo desde el momento mismo que se entrega, vuelva a enamorarse, si no la aman, deje, si deja, busque, que el que busca encuentra, de la bienvenida al amor, al nuevo amor, que huele a carro nuevo.

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