viernes, 19 de julio de 2013

Funciones Ejecutivas


Las funciones ejecutivas son habilidades de tipo cognoscitivo que implican un control y autoregulación de la conducta, permiten también hacer planes, metas y objetivos y anticiparse  a ellos, detectar errores y enmendarlos. La base neurológica está en la corteza pre frontal y sus ramificaciones talamicas. Sin embargo este sistema de la corteza pre frontal tarda en madurar, en realidad es la última que llega a un plano de desarrollo pleno recién alrededor de los 16 años  a veces a más edad. Sin embargo es a la edad de seis a ocho años el niño puede estar adquiriendo la habilidad de auto regular su conducta incluso sin supervisión y si está acompañado de la función reguladora del lenguaje interior sería mucho mejor (algunos lo llamaran consciencia).

Pero aun así, el niño aun puede mostrarse inquieto, juguetón y muy movido, ya que la maduración que tiene que llegar mediante la mielinizacion (sustancia –mielina, que recorre el sistema nervioso y que lleva información, estímulos e impulsos a los axones neuronales).

Es interesante saber que los niños pequeños, digamos de 4 años, pueden dirigir algunas conductas mediante la autoregulacion verbal de “hacer algo”, pero, y esto es muy importante, no responden a la autoregulacion negativa, ósea, “no hagas esto”. Quizás por esta razón los niños pequeños no dejan de hacer cosas que se le dicen que no haga.

La organización  de las funciones cognoscitivas va de menos a mal, va lento y progresivamente desde operaciones concretas hasta conceptuales que contengan el valor tiempo, este último valor, el tiempo, por lo general no es comprendido en niños menores de ocho años, salvo que se le de instrucciones muy, muy simples. La atención sostenida por ejemplo, se desarrolla aun entre los siete y diez años. Siendo tan complejo el diagnostico frente a un niño con problemas de atención, debemos tener interés si este problema se debe a un desarrollo normal o una deficiencia de las funciones de la atención y concentración.

Para esto podemos valernos del desarrollo de las funciones ejecutivas del niño, por ejemplo la fluidez verbal, que evidencia un plan, orden u organización para narrar una historia, veremos entonces el contenido y el curso lógico de la narración. Un niño con déficit en las funciones ejecutivas narrara de manera desorganizada un cuento o alguna experiencia pasada, ya que el lenguaje en la narración requiere meta cognición y cierto control ejecutivo. Aparte de la atención debemos de fijarnos en la actividad motriz del niño, una hiperactividad se produce por una deficiencia en la inhibición de conducta y del control de impulsos.

En las pruebas de inteligencia como el WISC R existen índices de funciones ejecutivas y funciones verbales, que nos pueden ayudar de acuerdo a la edad del niño, si existen problemas de maduración o funcionalidad de las funciones ejecutivas, sin embargo es la observación clínica y la experiencia lo relevante para determinar si un puntaje bajo requiere un diagnostico que incluya evaluación neuropsicología.

 

 

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