sábado, 22 de diciembre de 2012

Como fomentar el pensamiento creativo


La palabra creativo viene del latín “Creare” y significaba producción, engendrar. Es considerado una actitud mental y una técnica de pensamiento para Bono.  Para Dreudhal es la capacidad humana de producir resultados mentales de cualquier clase, esencialmente nuevos y anteriormente desconocidos. Para Barrón es la capacidad de producir alguna cosa nueva.

Como podemos definir conductualmente la creatividad que pueda reunir todos estos conceptos mentales, porque si se queda solo en lo mental, no tendríamos la forma de saber si existen o no, solo mediante la acción o la verbalizaciones podemos saber las características del pensamiento creativo.

Veamos, Para bono es una actitud, es decir un acto, Para Dreudhal es una producción que también se refiere o debe referirse a observancia medible y además de cualquier clase, esto es importante como después me referiré. Barrón incluye una cosa nueva. Tenemos los elementos para definir conductualmente al pensamiento creativo: actitud, producción y nuevo, entonces el pensamiento creativo podemos definirlo como conducta no habitual, ya que la conducta habitual conlleva una repetición, un habito que siempre se hace, si es repetido ya no es creativo.

Podemos fomentar el pensamiento creativo reforzando la conducta no habitual. Así querido lector cuando su hija destroce su muñeca y la vuelva a armas  y ponga el brazo en el lugar de la cabeza, y ésta en el lugar del pie y se lo enseñe pidiendo su aprobación no se preocupe, no piense que su hija es una potencial psicópata descuartizadora, refuércela con la formas que le guste, porque esa conducta implicaría un pensamiento creativo, diferente a la forma original. Muchos niños pierden la capacidad de creación cuando son observados o criticados de manera inadecuada por adultos. Se encierran en pensamientos ortodoxos, más aun cuando están expuestas muchas horas a imágenes como la televisión por ejemplo que no deja liberar la capacidad de producción intelectual, esta producción intelectual debería de medirse mediante verbalizaciones e interpretaciones al nivel de la edad del niño que deje entender un proceso de pensamiento, precario aun pero significativo.  

Así mismo, toda conducta que conlleve por mínima que sea una acción nueva aunque sea disparatada debe ser felicitada, claro está que esta debe enmarcarse dentro de lo que la sociedad establece como moral y ética, ese es el trabajo paciente y orientador de los padres y profesores.

Pensamos que el pensamiento es una producción que se debe dar así no más de forma natural. Pero el pensamiento abstracto  de la vida adulta no se enmarcar solamente en relacionar oraciones y describir situaciones, es asombroso escuchar las dificultades que presentan muchos adultos cuando tiene que definir conceptos abstractos como libertad, honor y justicia. El castigo  a la conducta impide el desarrollo de la conducta. Es recomendable que en vez de castigar, salvo que la conducta sea muy muy grave y se haya acabado las demás técnicas conductuales,  se ignore la conducta inadecuada y se refurce la conducta nueva y positiva. El castigo reprime es cierto, el reforzamiento produce y aumenta.

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