martes, 13 de noviembre de 2012

La Familia


“El hogar no es el lugar más adecuado para educar a un niño (Frazer dirigiéndose a un grupo de visitantes a Walden Dos)

Walden Dos es una obra que Frederick Burris Skinner escribió en  1945, y describe la vida de una comunidad utópica que vive bajo los principios de la ciencia de la conducta, ahí se aplican las diversas técnicas de control conductual en el desarrollo de las actividades económicas, sociales y culturales de la comunidad, con mucho éxito para sus habitantes, significándole un costo beneficio superior a lo que hubieran conseguido viviendo fuera de la comunidad. Cuando los visitantes se acercan a los colegios e institutos de educación de Walden Dos, el guía les habla en estos términos “El cuidado comunitario es mejor que el de los padres. En la vieja era pre científica, la primera educación del niño podría dejarse a los padres, en ese tiempo, era lo mejor que podía hacerse. Pero con la llegada de la ciencia de la conducta humana, todo ha cambiado. La mala reputación que posee la educación científica del niño no es reflejo de los conocimientos  técnicos de lo que debería hacerse. Las condiciones para un buen cuidado de niños están bien establecidas. Pero donde se ha fracasado es en la introducción de la práctica científica en los hogares. No se ha conseguido que los padres hayan aprendido los principios científicos más sencillos en la crianza de los niños. El control de la conducta humana es una ciencia compleja que no podría ser comprendida por la mayoría de las madres sin una instrucción previa de varios años.. La realidad sin embargo es que la culpa de  la deficiente educación de muchos niños no se debe a la entera falta de habilidad técnica. Incluso cuando la madre sabe lo que tiene que hacer a menudo no lo puede hacer, y no lo hace debido a otras muchas preocupaciones caseras, el hogar no es el lugar más adecuado para educar niños”.

En Walden Dos la educación es diferente a lo que normalmente se da, las escuelas son abiertas y en el campo mismo del conocimiento, ya sea rural o aplicando esos conocimientos a la vida diaria – matemática incluida – el afecto a los niños es racional – aunque parezca contradictorio - es compartido con los demás miembros de la comunidad, en sí, son hijos de la comunidad, de todos, que se hacen cargo de su cuidado y educación.

Cuando termine de leer el libro hace muchos años ya, no pude menos que comparar la frase que encabeza este artículo con la realidad que se vive día a día en los millones de hogares en el mundo.  Desde una perspectiva lejana, a Frazer no le falta razón cuando dijo eso al grupo de visitantes. La familia siempre ha sido considerada factor principal de crianza y educación de los niños, así como también de apoyo afectivo, amor maternal y paternal, cuidado y protección a los hijos. Una familia bien constituida se dice, dará  buen ejemplo y educación a sus hijos, por el contrario, una familia desintegrada y “disfuncional”  será la causante de los problemas de conducta que el niño presente en su desarrollo social, escolar y personal.

La pregunta que hay que hacerse es ¿Qué porcentajes de familias bien constituidas y disfuncionales existen en estos años de crecimiento económico y de alto desarrollo de la tecnología? Con padres y madres que trabajan y no están con sus hijos la mayor parte del día. Con hijos que prácticamente se crían  con cuidadores que no le dan  la debida atención ni los forman para la aceptación de normas de conductas adecuadas.

¿Es la familia el núcleo adecuado de educación de los hijos? La respuesta no es uniforme, cada familia tiene sus problemas, en la medida que los integrantes de las familias, los padres y las madres, estén preparadas para la educación de sus hijos, será el núcleo adecuado. Mientras la disfuncionalidad sea la característica más común de la familia actual que basa sus progresos en el ascenso económico y en el mercado de consumo, que necesita del trabajo de diez a doce horas diarias para mantener sus comodidades materiales descuidando así la el derecho y el deber de la familia de ser modelos de sus hijos, la educación y el buen ejemplo de ellos no serán los más adecuados. Hagamos que Walden Dos, esa pequeña comunidad perfecta en la aplicación de los principios de la conducta se introduzca en nuestros hogares. Decir “nadie pasa por una escuela de padres antes de tener hijos” no es una opción. El conocimiento a priori también es una forma valida de acercarse a la realidad, en la  actualidad con la inmensa literatura, investigaciones y demás aplicaciones de la educación y el aprendizaje, es más fácil ser padres, solo hay que dejar de ser egoístas y sacrificar  sentirnos bien  reforzando las conductas inadecuadas de nuestros hijos, ser por el contrario ejemplos constantes de comportamiento y corrigiéndolos – no castigándolos -cuando sea necesario con todo el respeto y amor que ellos merecen.

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