lunes, 5 de noviembre de 2012

El síndrome Acarnan


Según la mitología griega Acarnan era hijo de Alcmeòn y Calirroe, por obra de Júpiter y a pedido de Calirroe, él y su hermano Anfótero  pasaron directamente de la infancia  a la juventud para vengar la muerte de su padre.

Yo llamo síndrome Acarnan – a propósito de un artículo anterior “El juego es cosa seria” publicado en este Blog el 26 de setiembre de este año - a las manifestaciones conductuales, cognitivas y emocionales, de aquellas personas que desde niños han trabajado y que pasan, psicológicamente hablando, de la niñez a la juventud, porque su responsabilidad de conseguir dinero para comer le impidió “vivir su adolescencia”. Claro que física y biológicamente pasan por la adolescencia pero psicológicamente se saltan esta etapa, puesto que la adolescencia es considerada en el marco de la psicología del desarrollo y como parte del proceso de maduración “edades psicológicas” más que edades  físicas, importantes para afianzar de manera adecuada su identidad y su responsabilidad ante la sociedad y ante ellos mismos.

Las personas que pasan de la niñez a la juventud lo hacen con la misma responsabilidad que tenían cuando  eran chicos, ven el trabajo como una cualidad y obligación por encima de la diversión, son rígidos y poco comprensivo con los errores, debido a que no tuvieron el privilegio del ensayo y error de la adolescencia y la capacidad de discriminar conductas dentro de una gama de posibilidades, las relaciones que pueden reforzarle son aquellas relaciones que se den dentro del ámbito laboral,  su círculo social es reducido  y la capacidad de criticar y rebelarse contra su circunstancias no son opciones que lo mueven, acostumbrado a cumplir con lo que se espera de ellos, porque ahí fueron desde niños, los hacen responsables, pero sin espontaneidad.

Los chicos que pasan estas etapas de maduración temprana pueden ser vistos por los adultos como responsables y jóvenes modelos. Sin embargo su conducta se enmarca dentro de lo tradicional, puede ser menos impulsivos y pueden llegar a ser líderes de su grupo.

Las chicas son menos sociables, introvertidas y tímidas para establecer relaciones sociales adecuadas. La sociedad puede verlas fuera del patrón de comportamiento de las niñas de su edad, porque se muestran fuertes y más dominantes que los chicos.

Lo que ocurre es que la sociedad ha condicionado a estas personas a realizar conductas de adultos desde muy niños, esto no es positivo, debido a que las etapas psicológicas –niñez, adolescencia, juventud, maduración implican procesos sucesivos que sirven de base para el aprendizaje de conductas estables que sirven a su vez como estimulo para modificar conductas posteriores.

El hecho de que un niño entre al mundo de los adultos desde edades muy temprana, es también adentrarse a sus problemas y vicios, la edad de inicio en el alcoholismo  la drogadicción y consumo de tabaco es cada vez más temprana en los últimos años.

Aunque estas personas puedan parecer maduros, esa maduración es solo aparente, la madurez también se demuestra emitiendo conductas discriminatorias acorde con el contexto en que se vive, por lo tanto siendo rígidos en cuanto a la norma, tienen poca posibilidad de cambio cognitivo hacia pensamientos de cambios de estilos de vida, aunque esos cambios lo lleven a su bienestar. La depresión, debido a escases de reforzamientos y permanente exposición a labores fuertes, sin visos de cambio en el largo plazo, puede llevar a estas personas a experimentarla.

De hecho, algunos psicólogos del desarrollo han llamado también la atención que en la actualidad, la niñez se está “acortando” de manera impresionante, hay muchos niños de familias adecuadamente constituidas que tienen diez y once años que adoptan conductas de adolescentes en su forma de vestir y de hablar, en estos casos, la historia de aprendizaje es diferente a aquellos niños que trabajan desde edades tempranas por necesidad, y se deben a modelos que la sociedad le ofrecen, por ejemplo la ropa de las niñas de diez años son cada vez más cortas,  parecidas a  la ropa de adolescentes, hablan de novios o enamorados desde los doce años, se ven escolares que no pasan de trece años, besándose y tomadas de las manos de chicos de su edad incluso mayores que ellas pero también menores de edad, lamentablemente el consumo de alcohol y tabaco desde edades muy tempranas confirman esto de manera lamentable.

 

Relaciones funcionales día a día


La razón por la  que las conductas se repiten día a día, tanto las positivas como las negativas es porque son reforzadas la mayoría de las veces sin darnos cuenta, las relaciones funcionales tienen la cualidad de la continuidad en la relación de una conducta tras otra, ya que una conducta puede servir a su vez como estimulo para la aparición de otra conducta de la que es consecuencia. Puedo poner como ejemplo la conducta de llorar de un bebe, cuando este llora la madre va a su encuentro, no importa por que llora, puede ser por hambre, porque quiere ser levantado en brazos o simplemente porque quiere tener cerca a alguien. De esta manera el llorar se vuelve un estimulo para la aparición de la madre, estableciéndose la relación funcional entre la conducta de llorar y su consecuencia que es el acercamiento de la madre. Otra es el niño que no atiende en la escuela porque su atención cae bajo el control de otro estimulo más fuerte y divertido que la del profesor, que puede ser las voces de los compañeros  o su sola presencia. Para retomar la atención de ese alumno, el profesor deberá entonces ofrecerle un estimulo más poderoso que las voces de sus compañeros.  Cuando manejamos un  auto nos paramos frente a la luz roja por que la luz del semáforo sirve como reforzamiento negativo para evitarnos accidente o atropellar a alguien, mientras más detenga el auto cuando vea una luz roja, menos accidentes tendremos evitándonos así molestias con la papeleta del policía o desgracias con algún peatón.

Cuando me duele la cabeza, me tomo una pastilla de alguna marca, si este dolor me pasa, mi conducta de comprar una pastilla de esa marca se incrementara porque me hará evitar el dolor de cabeza, me habré reforzado negativamente y mi conducta de ir a la farmacia y comprar esa pastilla de esa marca aumentara  cuando me duela la cabeza. Si en mi trabajo ofrecen aumentos por producción todos los meses, la conducta del trabajador aumentara en función de obtener ese aumento de sueldo o permisos, el empleador me habrá reforzado de forma positiva porque me estará ofreciendo un incentivo a mi conducta de aumentar la producción, eso ocurre con la regalías de alguna empresas a fin de año, ante mayor producción, mayor serán las regalías. Si en ese mismo trabajo me descuenta dinero por llegar tarde, en el futuro tomare mis medidas de seguridad para llegar temprano – en el caso que no me guste que me descuenten dinero de mi sueldo claro está – la gerencia de esa empresa lo que ha logrado es aumentar las veces de mi puntualidad en el trabajo, mediante un reforzamiento negativo, porque mediante mi puntualidad, me evito lo desagradable de ver mi sueldo recortado. Si voy con mi auto y me paso la luz roja, el policía de tránsito me aplicara una papeleta muy cara, lo que ha hecho la sociedad mediante ese policía es castigarme por esa conducta, lo que hare –si no me gusta pagar papeletas – es disminuir o desaparecer la conducta de pasarme la luz roja, al menos cuando vea a un policía de tránsito cerca, y mi conducta de pasarme la luz roja disminuirá más si sé que hay cámaras fotográficas cerca al semáforo.

Cuando veo anuncio de televisión que por comprar en una de esas grandes tiendas por departamentos me ofrecen puntos por cada compra mayor a cierta cantidad, que después servirán para descuentos o canjes en pasajes o artículos de necesidad,  lo que están haciendo es aplicar un sistema de puntos que me reforzaran y aumentaran la conducta de ir a comprar a esa tienda, y no a otra que me ofrecen menos puntos o no me ofrecen nada.

Igualmente cuando voy al casino y meto mi moneda y gano puntos y los pierdo, y nuevamente gano y los pierdo y así sucesivamente, lo que están haciendo es reforzarme de manera intermitente  en razón variable, variable por que una vez gano y dos no, o dos veces gano y una no. Este sistema de ganancias de puntos, me estimulara a poner más fijas o monedas a la maquinita esa que llamo el “pequeño conductista capitalista” valga la aclaración que la llamo capitalista sin ánimo marxista, porque su función es llenar el pequeño deposito que tiene dentro de dinero, igual que un ambulante es capitalista por que sale todos los días a vender su producto para generar dinero – capital. Pero no nos salgamos del tema.

Imaginemos una escena lamentablemente cotidiana en la casa de cualquier familia. Cuando un niño llora por querer algo y sus padres le dan una paliza y se calla, y tras esa paliza el niño no vuelve a llorar por ese motivo, lo que han hecho en ese caso es castigarlo y el castigo habrá cumplido esa función, que es el de desaparecer la conducta. Pero resulta que el dar una paliza a un niño aparte de que psicológicamente,  humanamente, éticamente y legalmente es negativo, no es la técnica apropiada para hacer que un niño deje de llorar por capricho, ya que existen varias otras técnicas para hacer eso. Si ese niño que llora por capricho o porque quiere algo, los padres lo ignorar completamente, el niño aprenderá que no consigue nada llorando, esto también se cumple en adultos cuando vemos que nuestros esfuerzos no dan resultados para alcanzar un objetivo, lo cambiamos por otra clase de esfuerzo que si nos lleven a conseguir nuestros objetivos.

Si me voy por la calle de regreso a mi casa y veo una panadería y me acuerdo de que no hay pan en la casa, ese estimulo de la tienda habrá servido como relación funcional que habrá dado origen a mi pensamiento y me diré en voz alta o voz baja  “no hay pan en casa”, y entrare a comprar el pan. La conducta verbal que uso “No hay pan” será discriminativo a su vez para evocar otros pensamientos relacionado con la cena, si hay azúcar o café, cuantas personas hay en casa entablándose el contexto en donde mi conducta verbal desarrolla relaciones funcionales siempre que compro pan para la cena.

Como verán conducta y pensamiento entendido este pensamientos en términos verbales “no hay pan”,  siempre son consecuencia de estímulos o conductas que a su vez están relacionadas con antecedentes y viceversa, cuando se establezcan relaciones funcionales en esta serie de conductas y queden establecidas como conductas cotidianas, diremos que hemos aprendido una conducta.

La sensibilidad al estrés en los niños con Trastorno Negativista Desafiante.

  La etiología del trastorno negativista desafiante, en adelante TND, son múltiples, por un lado, la herencia que según algunos estudios pod...