martes, 5 de junio de 2012

ENFOQUE CONDUCTISTA EN LA TERAPIA DE PAREJA Y FAMILIA


La terapia conductual  en la relación de pareja ha contribuido a mejorar las relaciones  entre sus miembros, basada principalmente en el análisis de la conducta de cada integrante de la familia dentro de un sistema de convivencia disfuncional orientada a recomponer o estabilizar el equilibrio intrafamiliar. La familia es siempre un centro de relaciones afectivas en donde el comportamiento de uno de los miembros siempre afecta a los demás miembros de ella, la labor del terapeuta conductual consiste en guiar a los miembros del grupo familiar hacia formas más adecuadas de relación, donde el reforzamientos de conductas compatibles con lo afectivo y la atención hacia los demás miembros juega un rol importante en toda la terapia.

Los miembros de la familia por lo general, y debido a toda una historia de reforzamiento se relacionan de manera no deseada, gritos, llantos, agresión y reconciliación, en realidad esta forma de relacionarse sirve como reforzadores a los miembros de la familia para que sigan  presentando esa clase de conducta y la dinámica de esa familiar cumpla su objetiva: que es el mantenimiento cercano de los miembros de la familia que por lo general tiene a uno de sus miembros cargando con toda la responsabilidad de mantener unida a esa familia, aunque de forma disfuncional.  Este miembro realmente enfermo es el que muestra los síntomas que sirven de unión familiar. Mientras presente los síntomas la familia estará unida. Esta psicopatología familiar hace creer a los miembros de la familia que al atención positiva se logra mediante llantos y quejas y toda clase conductas indeseada, se condicionan a actuar de esa manera por años. La remisión a consulta por diversos motivos del miembro que carga con el bulto familiar, descubre para el terapeuta un mundo de relaciones sociales e intrafamiliares caóticas que se generalizan a otros ámbitos fuera del familiar. El objetivo de la terapia es cortar el reforzamiento intermitente que ha mantenido la dinámica disfuncional mucho tiempo, cambiando las contingencias que han dado lugar a ese reforzamiento para sustituirlo por conductas más positivas, orientadas a reforzar las conducta adecuadas hacia los otros miembro, e ignorando las conductas negativas o de acusaciones mutuas propias de parejas en conflicto.

El terapeuta debe saber guiar a los miembros del grupo familiar disfuncional al cambio conductual, hacia formas más asertivas de relaciòn, mediante modelos e imitación en donde el modelo y el ejemplo de conducta viene en primer término del terapeuta dentro de la dinámica de la consulta.

Mucho se ha dicho de que el conductismo es un enfoque que no toma en cuenta los aspectos emocionales o empáticos hacia el cliente, nada menos cierto que ello. Los terapeutas conductuales, así como otros profesionales que tenga que ver con relaciones humanas, establecen una relación cálida con el cliente para desarrollar un buen ambiente terapéutico. Para esto el terapeuta conductual establece con su cliente relaciones afectivas necesarias para hacer que el cliente descubra su problemática ante nosotros. En este sentido la alianza terapéutica es un instrumentos importante para el éxito de la intervención, sin ella poco podremos hacer dentro de las relaciones y la aceptación de los miembros de la familia.

Cuando se hace un acuerdo o alianza terapéutica se debe descubrir qué clase de problema mantiene  a la familia unida, en termino de conducta objetiva, en estos términos se debe hacer el análisis funcional, y  la aplicación de modelos de reforzamiento que sirvan como guía para el cambio conductual del grupo.

¿Qué conducta está dispuesta a cambiar? ¿Qué conducta deseas que cambie el otro miembro de la familia?  Estas son preguntas que el terapeuta de pareja y la familia hacen a los clientes. ¿Cuáles son las contingencias que mantiene esto? ¿Que conducta debe aumentar o disminuir? El terapeuta conductual actúa como educador cuando la familia o pareja van a las sesiones de grupo. Su rol de modelo para representar conductas asertivas y recambio de roles entre los miembros del grupo o de la pareja, le  ayudaran hacer la dinámica más agradable. El rol que debe asumir la pareja o los miembros de la familia es representado en  papeles o roles que interactúan entre ellos, mostrando la conducta indeseada y cambiando lugares para efectuar conductas más positivas.

Muchas veces la declinación del síntoma del miembro enfermo de la familia, remite a crisis entre los demás miembros, y esto es así porque se ven en condición de perder la estabilidad familiar mucho tiempo equilibrada. Entonces la persona enferma se individualiza y recobra su independencia dejando a los demás miembros del grupo en crisis severas. El terapeuta orientara entonces el esfuerzo a establecer formas más adecuadas de comunicación entre los miembros de la familia, reforzando las conductas adecuadas y modelando conductas que aplicaran en sus relaciones en casa.

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