La relación de pareja debe consistir en la confianza, ternura, admiración, respeto y atracción física, la pareja se vuelve entonces un apoyo en quien apoyarse en momentos difíciles, ya sea este en el campo económico, social y laboral, y algo muy importante, la pareja siendo aquella persona que se conoce bien, debe ser un apoyo en esos momentos de debilidad emocional. ¿A que me refiero cuando digo debilidad emocional? Cuando la pareja siente que su mundo se desmorona, cuando no ve claro sus objetivos, cuando llora y sufre, es en este momento en que la pareja cumple su rol más importante, el de apoyarlo emocionalmente. La pareja debe hacerlo sentir a uno con una sensación de bienestar y tranquilidad cuando se está a su lado. Repito la palabra “debe”, la pareja “debe” cumplir ese rol. Y ese “debe” es muy importante. Al menos hasta cuando dure el amor.
Pero lo que vemos todos los días son relaciones difíciles, agresivas, exigentes, que llevan a convertir a la pareja en casi un enemigo. Según se es, así se ama decía Ortega y Gasset. Y según sea la pareja agresiva, exigente y violenta será como el resultado de sus vivencias de violencia anteriores. Estas vivencias violentas anteriores, serán reforzadas permanentemente por el núcleo familiar en primer término, y por el grueso de la sociedad en complemento. Y digo que serán reforzadas por que cuando aparecen en un primer momento, lo que sucede después de esa experiencia será gratificante, o será vista como normal, o como concepto de que así debe ser las relaciones entre las personas, también puede verse de manera que sea la única posibilidad de resolver problemas. De esta manera se da lo que se llama un reforzamiento de esa actitud vista o sentida de violencia. Y la persona como es natural tiende a repetirla. Es lo que llamamos comúnmente un aprendizaje. Por eso tiende a repetirla, porque no aprendió a relacionarse de otra manera. No es que la agresividad se presente de manera determinada para ser reforzada, sino que es reforzada cuando se presenta que es otra cosa muy diferente.
Así que si Ud. amable lector son de las personas que están con una pareja que las violenta, que le grita y pega, y siente que no puede dejarlo, porque lo “ama”, o es de las personas que agrede a su pareja, le exige, y lo violenta verbal y psicológicamente, no es que este “traumada” tampoco que sea masoquista o sádica, es más seguro que Ud., aprendió amar de esa manera. Desaprenda amar de esa manera. Es posible.
