viernes, 9 de diciembre de 2011

ENTRENAMIENTOS DE LOS PADRES PARA LA TERAPIA CONDUCTUAL

Cuando  los padres llegan a consulta manifestando las quejas de sus hijos, siempre  trato de decirles con mucho cuidado y tino que  antes de aplicar cualquier terapia  de conducta a su niño, tengo que  preguntarles  sobre su relación conyugal, su estado de ánimo etc., y hacerles de entrada una historia clínica también a ellos. Y esto debido a que la conducta manifiesta de cualquier niño se debe a la historia de aprendizaje y a la relación ambiental que vive en casa.

En otras palabras antes de aplicar alguna  intervención, tengo que saber si los padres están  preparados para aplicarlo en casa.
Cuando los padres manifiestan los problemas de conducta de sus hijos, involuntariamente demuestran un alejamiento en la responsabilidad que tienen en el problema. Lo muestran como si las causas de esas conductas no tendrian nada que ver en ellos. Lo que dicen lo hacen con tanto convencimiento, que parece que la culpa del mal comportamiento lo tienen solo los niños. No se trata  en nada de echar la culpa a alguien, aunque la responsabilidad que le toca a los padres en el comportamiento habitual del niño es  otra cosa y de eso si se trata.

Ahora bien esto tiene más implicancias de lo que parece. Intervención conductual de cualquier terapeuta debe incluir el análisis de la relación conyugal, el estado afectivo y su manifestación habitual, el nivel del  estrés familiar, la ansiedad de los padres, los pensamientos de culpabilidad que manejan en el problema y hasta la aceptación del problema. Muy a menudo los padres – se ve más en los papas – que cuando me dicen el problema de sus hijos, inmediatamente manifiestan ¡pero es muy inteligente¡ tratando de minimizar el problema  o compensarlo. Esto demuestra una negación implícita de la supuesta  “culpa”  que creen sentir, parecería que se autoafirman que no es tan malo o por lo menos no tanto.
Como dije no se trata de  culpar a nadie, sino de analizar el nivel de preparación de los padres para aplicar el programa conductual, por ejemplo una madre ansiosa es más probable que falle en la aplicación de técnica de extinción de los estímulos ante una conducta de rabietas. En este caso hay que preparar a la madre en técnicas de relajación o de afrontamiento al estrés para que no  ocurra la negación o el alejamiento del problema, sino que lo enfrente.

En la clínica se conoce que  muchas veces cuando existen padres esquizofrénicos, existen también niños que son reforzados dentro de una  comunicación ambigua de doble lenguaje y significado que los puede llevar a personalidades depresivas. También se sabe que los niños de padres depresivos tienen mayor riesgo de presentar conductas depresivas y no tantas por la herencia genética, sino por el trato diario y el modelo de conducta que imitan, manifiestan haber recibido más afectos negativos y menos afectos positivos, conductualmente se puede traducir, mas castigo a sus conductas y menos reforzadores agradables a conductas positivas. Y eso debido al condicionamiento es más probable que siga en la  aplicación de cualquier programa, si no son tratados primero los padres.
Una forma muy usada y eficaz después de desensibilizar a los padres, es enseñarle a estos, a modificar en sus hijos una conducta inadecuada relativamente sencilla,  esto para darle seguridad educativa y hacerles ver que aun en ellos es posible el cambio.

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