jueves, 10 de marzo de 2011

LOS TRASTORNOS DE PERSONALIDAD

El termino original de personalidad viene del griego “persona” que significa mascara, esta mascara era usada por los autores en el teatro griego para representar los diferentes personajes de una obra,  y esta costumbre existe hasta la actualidad, la máscara son rostros hechos de materiales diversos usada para todo tipo de expresión cultural como bailes, teatro, cine etc., y lo que básicamente hace es,  esconder al ser humano que la lleva,  y ayuda a que este ser humano represente otra manera de ser. Este concepto primigenio se hizo psicológico (como otras palabras y conceptos griegos) para nombrar la forma de relacionarse, ver, sentir y pensar de  una persona en relación con la realidad, en este sentido la persona puede tener una forma de ser para los demás y otra forma de ser en la vida privada, lo ideal sería combinar de manera armoniosa las dos, valga esta corta definición original de la palabra como introducción. Psicológicamente personalidad es un concepto que incluye eventos cognitivos, sensoriales-emocionales y  conductuales, es un patrón estable de comportamiento que tiene sus inicios en las experiencias tempranas conlleva influencias parentales y sociales que han llevado a la persona a un estilo de expresión de su pensamiento, emoción y conducta en relación con los demás y con el ambiente. En este sentido el trastorno de personalidad es cuando estas experiencias tempranas vividas han ido formando un estilo  singular y  problemático de expresar el pensamiento afecto y conducta en su relación con el ambiente. Estas personas son vistas como extrañas y raras, con formas de comportarse que pueden ser chocantes y desagradables, pero de ninguna manera debemos de verlas como personalidades perversas o malignas, son en realidad seres humanos que tienen  en sus relaciones con el mundo problemas interpersonales, dificultades para sentir placer, disfunciones cognitivas y emotivas, y dificultades para adecuarse a las normas sociales. Claro que tampoco hay que dejar de tener cuidado con algunas de ellas, como con los antisociales o sádicos, pero desde nuestro enfoque, los psicólogos debemos de preguntarnos muy menudo quien es ese ser humano que lleva el problema psicológico, como expresa su sentir, su pensamiento y su conducta y no estigmatizarlo de manera negativa.
Muchas de las personas que presentan un trastorno de personalidad son  inteligentes y no son perversas en el término lato, por ejemplo la personas con personalidad histriónica o depresiva, las cuales debido a su afección se ven imposibilitadas de manifestar su bondad como puede hacerlo aquella persona sin el trastorno, pues un histriónico puede perder a un amigo por un error y sufrir por eso hasta sentirse culpable y le puede durar la pena mucho tiempo y hasta pedirle perdón, a diferencia de un psicópata que no le importaría perder a un amigo de 20 años, ante lo cual seguiría con su vida como si nada hubiera pasado.
Los trastornos de personalidad si pueden disponer a las personas que la sufren a cometer  algún delito en una oportunidad dada, por ejemplo la personalidad paranoide puede tratar de defenderse a lo que ellos pueden considerar una amenaza contra su seguridad, o los compulsivos por una escaso mecanismo de control de sus impulsos, ahora bien, los delitos cometidos por  personas con trastorno de personalidad no  difieren en mucho de los delitos cometidos por personas llamadas “normales”, en todo caso la capacidad de comprender la realidad está intacta en casi todos ellos, en ese sentido  no son  inimputables a la acción penal.
El caso de la persona con trastorno de personalidad antisocial si es un caso el que se debe tener cuidado, debido al patrón conductual permanente y estable de trasgredir las normas sociales, pero aun con esto, se diferencia de la personalidad psicopática en  que este último no ha internalizado conciencia de respeto a las normas de ningún tipo, mientras los delincuentes o antisociales tienen códigos de conducta entre ellos que muy a menudo lo respetan.
Aparte de los trastornos de personalidad definidos y estables hay variantes de ellos que hacen aun más complicado su comprensión, en este sentido sostengo que la personalidad antisocial es diferente a la personalidad psicopática, debido a que tiene forma de expresión distintas estructuralmente, por ejemplo los antisociales pueden tener una historia de aprendizaje en la primera infancia que los ha marcado ya sea por su ambiente o su entorno inmediato,  en este sentido estarían demostrando un desarrollo psicológico normal  de aprendizaje de trasgresión a las normas - sería raro que no lo haga- mientras que una persona psicopática no necesariamente presenta una historia conflictiva en su desarrollo, pueden ser hijos de padres modelos, pueden aparentar conductas morales intachables, mientras que en otros momentos demuestran una conducta manipuladoras francamente destructivas sin moral ni sentimiento de culpa.
Sé que la clasificación de enfermedades mentales actualmente han juntado ambos trastornos- el psicopático y el antisocial- y le han dado el nombre de personalidad antisocial,  pero en la práctica clínica ambos tienen síntomas y signos que no son necesariamente parecidos.
Muchas personas que pudieran ser diagnosticados con trastornos de personalidad, llevan su vida de forma normal, debido a  que el ambiente en que se mueven, propugnan características específicas para el oficio que desempeñan, por ejemplo en el ámbito militar o policial hay mucho trastorno sádico o psicopático, pero como el perfil de un militar debe ser el de “duro” generalmente pasan desapercibidos, a menos que por motivo de trasgredir alguna norma más general,  sean derivados a consultorio. Igualmente entre los ejecutivos o gerentes de empresas se ven mucho trastorno de personalidad compulsiva o sádica, pero por los mismos motivos antes expuestos pasan desapercibidos, hasta que no tengan problemas graves con el personal bajo su mando. Con esto se debe entender que aunque  una persona pueda presentar un trastorno de personalidad dada,  esto no lo imposibilita de desarrollarse profesionalmente, hasta que las condiciones lo lleven a  consultorio.
En todo caso los trastornos de personalidad pueden ser tratados con psicoterapia, que están orientados a hacer que estas personas, tengan mecanismos de autocontrol, toma de conciencia y desarrollo de la empatía  en su relación con los demás, así, la frecuencia de su conducta desagradable se haga menos impactantes y chocante y mas llevadera para con el otro y para con ellos mismos.


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